lunes, 19 de diciembre de 2011

HABLANDO DEL CHE

Ania Fernández Torres

Por estos días hablamos del Che durante horas en un grupo de amigos. Algunos con nostalgia, otros con pasión desbordada y la mayoría con la sincera admiración que despierta un hombre increíble como él. Hablamos de economía, de esos problemas tan repetidos y cotidianos que a veces resultan desapercibidos.

Nunca olvidaré la anécdota contada por Ángel Arcos, un cercano colaborador del Comandante Guevara, que narra como respondió a una pregunta, un poco capciosa, sobre lo que no le gustaba de la Revolución y dijo: “Lo que menos me agrada es nuestra falta de valentía, en ocasiones, para afrontar ciertas realidades, a veces económicas otras políticas. Sobre todo económicas, a veces hemos tenido compañeros que siguen la política del Avestruz de esconder la cabeza. En los problemas económicos siempre le echamos la culpa al imperialismo, a la sequía y no analizamos entonces con objetividad nuestros problemas” .

El Che fue siempre un estudioso de los problemas económicos. Desde joven leía a Marx y Engels y tenía inquietudes por esa apasionante ciencia. Cuando fue nombrado Presidente del Banco Nacional de Cuba incrementó sus conocimientos sobre Economía. Para el era fundamental establecer a todos los niveles la obligatoriedad de un análisis económico profundo que permitiera la dirección de la Economía, era contrario a que solo se registraran los hechos.

Entendía que para ser un buen dirigente se debía manejar una serie de índices económicos fundamentales dentro de la entidad. Ninguna actividad económica le fue ajena, en 1965 expresó que las empresas debían ser responsables de sus inversiones, que constituía un peligro el divorcio de estos planes de la realidad y la entrada de recursos.

Acerca de la importancia de la planificación aseveró, en su original forma de ser ácido y jocoso, que hacer planes perspectivos en Cuba era una tarea fácil por el atraso que teníamos en los primeros años y por la cierta renuencia de los cubanos, por nuestra idiosincrasia de vivir al día y ver solo lo que nos puede afectar mañana o dentro de una semana o un mes.

Para Che no se podía dirigir sin datos reales y no los hay si no existe un sistema de recolección de datos confiables. La organización debía empezar por la base, las unidades productivas, pero no con cifras frías sino analizadas en detalle con los trabajadores, que son quienes las hacen realidad.
Desde los primeros años criticó con severidad la existencia de inventarios ociosos. Buscaba potenciar el análisis correcto de los costos sin afectar la calidad, que fue una de sus principales leneas de trabajo. Llamó al conocido “faltante” por su verdadero nombre Robo, porque para el la Contabilidad era una radiografía constante de los procesos económicos del país.

Sobre la productividad pidió el debate real de preguntas que lanzó al ruedo, durante una reunión de economistas ¿Cuantas horas del día que dice que se trabaja se pierde en divagaciones en las cuales el tiempo real no se aprovecha?¿Cuantas horas se gastan en sutilezas, en cosas innecesarias y cuantas se trabaja realmente?

Ese gran inspirador que fue Che pidió desarrollar con empeño el Trabajo Político Ideológico para liquidar la falta de motivaciones . Hizo énfasis en la disciplina financiera,como aspecto fundamental de la gestión de las empresas y las fábricas. Habló de tener al día las finanzas, los pagos y los cobros y los problemas con los contratos, porque ello aseguraba el avance del socialismo.

No por gusto en las palabras de clausura del Segundo Congreso de la ANEC, el reconocido economista cubano y uno de los oponentes en el desarrollo del sistema presupuestario promovido por el Che, Carlos Rafael Rodríguez, expresó: “Cuando lleguemos al final de nuestros esfuerzos por la construcción del socialismo, cuando hayamos culminado también el desarrollo, de la todavía imperfecta economía cubana, aún tendrá vigencia entre nosotros la preocupación permanente del Che por la eficiencia económica y su vigilancia del control de la economía en el más minucioso de sus detalles”. La veracidad de esas realidades las constamos hoy.